¿Qué hace un Educador Social?

Cristina con jóvenes de la Fundación Juvanteny

El Educador Social: Un Faro de Transformación Personal y Emocional

Hoy, 2 de Octubre es el Día Internacional del Educador Social y por ello queremos celebrar la labor de quienes dedican su vida a generar un cambio positivo en las personas, las familias y las comunidades. Los educadores sociales, a través de la inteligencia emocional, son capaces de desbloquear el potencial de los individuos, restaurar la armonía familiar y fomentar una sociedad más inclusiva y solidaria. 💫

Estos profesionales trabajan en entornos complejos y a menudo invisibles para muchos, pero sus esfuerzos tienen un impacto profundo y duradero. Desde ayudar a estudiantes a encontrar su motivación hasta apoyar a familias en momentos difíciles, los educadores sociales son pilares de transformación que sostienen el bienestar emocional de nuestra sociedad. 🌱💪

En este día especial, es importante reconocer la enorme dedicación de estos profesionales. Gracias a su trabajo, muchas personas encuentran una nueva dirección en sus vidas, superan obstáculos emocionales y construyen relaciones más fuertes y saludables. A todos los educadores sociales, ¡GRACIAS! 🙌

¿Pero qué cosas en particular puede hacer un educador social?

La verdad es que muchas. Pero a continuación se presentan tres ejemplos, basada en nuestra actividad diaria, que reflejan el impacto concreto del trabajo de un educador social especializado en inteligencia emocional.

Desbloqueo emocional y crecimiento personal

En numerosas ocasiones, las personas se enfrentan a bloqueos emocionales que les impiden avanzar. El trabajo del educador social se centra en identificar esas barreras y, a través de herramientas emocionales, ayudar a las personas a liberarse de ellas. Al abordar estas limitaciones internas, se promueve el crecimiento personal, haciendo posible que el individuo conecte con su potencial y se abra a nuevas oportunidades en su vida cotidiana.

Acompañamiento a familias que necesitan apoyo externo

Las familias, a veces, atraviesan situaciones de conflicto o crisis que requieren un apoyo externo para poder superarlas. El educador social interviene, facilitando la comunicación y restaurando los vínculos entre los miembros familiares. A través de un enfoque basado en la inteligencia emocional, es posible sanar las relaciones, fortalecer el entendimiento mutuo y generar dinámicas más saludables dentro del hogar, permitiendo que cada miembro de la familia encuentre su lugar y contribuya al bienestar común.

Apoyo al estudiante y al potencial estudiante de todas las edades

El educador social también desempeña un papel clave en el ámbito educativo, acompañando tanto a estudiantes como a personas que desean retomar sus estudios. El enfoque emocional permite trabajar no solo las dificultades académicas, sino también los aspectos emocionales que influyen en el rendimiento y la motivación. Desde adolescentes en riesgo de abandono escolar hasta adultos que buscan una nueva oportunidad educativa, el educador social impulsa a cada persona a encontrar su camino y comprometerse con su propio desarrollo.

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Montse Juvanteny: El Poder del Amor que Transforma Vidas

Montse Juvanteny

Hay personas que no necesitan grandes discursos ni hacer ruido para dejar una marca imborrable en este mundo. Montse Juvanteny es una de esas almas extraordinarias. Nuestra Co-Fundadora Cristina ha tenido la fortuna de pasar unos días en uno de los centros de acogida de la Fundación Concepció Juvanteny, y cuenta que lo que vivió allí le cambió en lo más profundo:

“Con 80 años, Montse sigue brillando con una energía que parece inagotable. Es como si el tiempo respetara su misión de vida, esa misión que ha transformado las vidas de tantos niños y jóvenes en situaciones vulnerables. Lo que empezó como una simple dedicación personal se ha convertido en un proyecto vivo, lleno de amor y esperanza que sigue impactando el presente y construyendo el futuro de tantas personas.

Montse Juvanteny y Cristina López TU IMPULSO

Pero Montse no es solo la fundadora de varios centros de acogida. Es el corazón de un hogar, un refugio donde los más frágiles encuentran no solo un techo, sino una familia. Al cruzar la puerta del centro, me envolvió una calma profunda. Cada rincón está impregnado de propósito, como si la misma estructura del lugar entendiera que está ahí para algo más grande. Los jóvenes que viven en el centro llevan consigo historias llenas de dolor, pero es increíble ver cómo, con el trabajo incansable de Montse y su equipo, esas historias empiezan a transformarse en relatos de superación.

Montse tiene una manera única de hablar con los chicos. No necesita alzar la voz para que la escuchen, porque cada palabra suya nace de un lugar profundo, de respeto y amor sincero. Verla en acción es como presenciar la magia en su forma más pura. Con un liderazgo sereno y firme, toca el alma de cada joven, recordándoles que son mucho más que sus errores o sus miedos.

De los distintos centros que tienen, yo tuve la oportunidad de colaborar en un proyecto muy especial, creado igualmente por Montse Juvanteny: un CRAE (Centro Residencial de Acción Educativa). Es un verdadero refugio para niños y adolescentes que, por distintas circunstancias, no pueden vivir con sus familias. En el CRAE, se les brinda un hogar seguro y acogedor, donde cada detalle está pensado para asegurar su bienestar físico, emocional y educativo.

El propósito de un CRAE va más allá de ser solo un lugar de acogida; es un espacio donde se trabaja intensamente para proporcionar a los menores un entorno estable, cálido y protector. Aquí, se promueve su desarrollo integral, apoyándolos para que puedan superar sus circunstancias y soñar con un futuro mejor.

Todo este proceso se lleva a cabo de la mano de un equipo de profesionales dedicados: educadores sociales, psicólogos, trabajadores sociales y otros especialistas que, con mucho cariño y compromiso, acompañan a los menores en su camino hacia la reunificación familiar, la adopción o la emancipación, según lo requiera cada caso.

Cristina con jóvenes de la Fundación Juvanteny

Es imposible no emocionarse cuando ves el impacto tan real y profundo que Montse tiene en estas vidas. Su dedicación es tan auténtica que te deja sin palabras. Ella ve el valor en cada chico, incluso cuando ellos mismos no lo ven, y eso es lo que realmente transforma.

Montse Juvanteny y su fundación son un faro de esperanza que brilla incansable. Cada día sigue ofreciendo oportunidades, iluminando vidas y enseñándonos a todos que el verdadero cambio nace de la empatía, del respeto y de un compromiso sincero con el otro. Volví de este viaje con el corazón lleno de gratitud, por haber sido testigo del increíble poder que tiene una sola persona cuando se dedica a amar y creer en los demás.

Gracias, Montse, por recordarnos que la verdadera transformación ocurre cuando decidimos ver más allá de los errores, cuando creemos en el potencial de las personas incluso cuando ellos mismos han dejado de hacerlo.”

Construyendo Hogares y Sanando Familias

La Associació Asteroide B612 y la Fundació Concepció Juvanteny fueron fundadas por Montse Juvanteny, Toni Abad y Tomás Llurba, quienes comparten una visión común de protección y apoyo a los niños y jóvenes en situación de vulnerabilidad.

La Associació Asteroide B612 gestiona dos centros de acogida y el CRAE (Centro Residencial de Acción Educativa), donde más de 50 niños han encontrado un hogar, un lugar donde se sienten seguros, queridos y capaces de superar las adversidades que han vivido. Estos espacios proporcionan un entorno donde cada niño puede desarrollarse emocional, académica y socialmente, con el cuidado y dedicación de Montse y su equipo.

Por otro lado, la Fundació Concepció Juvanteny se dedica desde hace más de 20 años a la protección de los derechos de los menores. En su seno, se encuentra AIDA (Unidad de Abordaje Integral del Abuso), que se enfoca en la reparación emocional y psicológica de los niños y sus familias que han sufrido abusos. AIDA aplica un enfoque basado principalmente en la terapia breve estratégica de Cloé Madanes, buscando no solo sanar al menor, sino también reparar y fortalecer las relaciones familiares. Cada caso se trata de manera personalizada, adaptándose a las necesidades particulares de cada niño y su entorno.

La clave del éxito: una visión integral de la sanación y el apoyo

El éxito de la Associació Asteroide B612 y la Fundació Concepció Juvanteny radica en su enfoque holístico y profundamente humano. Los centros de acogida gestionados por la asociación no solo proporcionan refugio, sino también un espacio donde los niños pueden sanar y florecer. Cada rincón está diseñado para que los jóvenes se sientan protegidos y valorados, mientras reciben el apoyo necesario para superar sus traumas.

Por otro lado, AIDA se distingue por su enfoque personalizado, donde cada familia recibe un tratamiento específico para sus necesidades. Utilizando la terapia breve estratégica de Cloé Madanes, la unidad trabaja no solo en la recuperación del menor, sino también en la reparación de toda la estructura familiar. Este enfoque integral permite que los niños y sus familias encuentren un camino hacia la sanación y la reconstrucción de relaciones sanas y afectuosas.

 

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Educación permisiva y límites

Familia con niño

La Importancia de los Límites en la Educación de los Menores: Un Camino hacia un Futuro Saludable

Comenzar la aventura de la crianza es uno de los desafíos más significativos en la vida de un adulto. Cada familia tiene su propia visión de lo que significa educar bien a sus hijos, y es indudable que todos los padres buscan lo mejor para ellos.

En los últimos años, hemos sido testigos de la popularización de una crianza más permisiva, cuyo principio fundamental es permitir que el niño explore y experimente el mundo a su manera, sin muchas restricciones.

Esta filosofía, aunque nace de un profundo amor y una intención genuinamente positiva de garantizar la felicidad del menor, puede llevar a consecuencias no deseadas si no se equilibra adecuadamente.

Entendiendo las bondades del enfoque permisivo

Antes de adentrarnos en la importancia de establecer límites, es esencial entender por qué muchos padres eligen una educación permisiva.

Esta elección generalmente surge de un deseo de garantizar que el niño se sienta amado, comprendido y libre de expresarse. Se busca que el menor crezca sintiéndose seguro y confiado en un ambiente donde sus opiniones y deseos son validados.

Y, ciertamente, este enfoque tiene sus méritos, especialmente cuando se busca fomentar la creatividad, la autoexploración y la autoexpresión.

La necesidad de equilibrio

Sin embargo, como en muchas cosas de la vida, el equilibrio es clave. Mientras que la libertad y la validación son esenciales, los límites son igualmente cruciales para el desarrollo saludable de cualquier individuo.

Los límites proporcionan un marco seguro dentro del cual el niño puede explorar y aprender sobre el mundo. Le enseñan a entender las consecuencias de sus acciones, a desarrollar la empatía hacia los demás y a gestionar sus emociones y frustraciones.

Niño con frustración

Beneficios a corto plazo

La infancia es una etapa en la que el aprendizaje y la adaptación son constantes, y la rapidez con la que un niño absorbe e internaliza experiencias puede ser asombrosa. En este escenario dinámico, los límites claros y coherentes desempeñan un papel vital en la construcción de la base para un desarrollo armónico.

1. Creación de un ambiente predecible: Los niños, por naturaleza, buscan patrones y estructuras para hacer sentido del mundo que les rodea. Un hogar donde los límites son consistentes ofrece un entorno predecible. Este ambiente reduce la ansiedad en el niño, ya que sabe qué esperar y cuál será la respuesta a ciertos comportamientos. No hay nada más tranquilizador para un niño que saber que su entorno es estable.

2. Gestión emocional: Los límites ayudan a los niños a entender y gestionar sus emociones. Cuando un niño experimenta frustración debido a un límite impuesto, aprende a procesar sus sentimientos, a autorregularse y a buscar soluciones alternativas. Estas habilidades son fundamentales para enfrentar desafíos más grandes en el futuro.

3. Desarrollo de la autoestima: Contrario a lo que podría pensarse, los límites no reprimen al niño, sino que le dan herramientas para construir una autoestima saludable. Cuando un niño comprende y respeta un límite, y recibe reconocimiento por ello, siente que ha logrado algo significativo, reforzando su confianza en sí mismo.

4. Fomento de la empatía: Establecer límites también implica enseñar a los niños que sus acciones afectan a otros. Por ejemplo, si un niño entiende que quitar un juguete a otro niño no está bien, aprende a ponerse en el lugar del otro y a considerar sus sentimientos. Esta comprensión es la base de la empatía, una habilidad vital para las relaciones humanas.

5. Facilitación de la adaptación social: En su interacción diaria con otros niños, ya sea en el parque, en la escuela o en cualquier actividad social, los niños con límites claros tienden a adaptarse mejor. Saben cómo comportarse, cuándo ceder y cómo resolver conflictos de manera constructiva.

6. Establecimiento de una relación de confianza con los padres: Cuando los padres establecen límites y se mantienen firmes en ellos, el niño sabe que puede confiar en sus palabras. Esta confianza es esencial, ya que sienta las bases para una comunicación abierta y sincera en etapas más avanzadas de la vida.

Los beneficios a corto plazo de establecer límites van más allá de simplemente mantener un comportamiento adecuado en el hogar. Estos límites construyen las bases para un desarrollo emocional, social y psicológico saludable, preparando al niño para un futuro lleno de desafíos y oportunidades.

Niño acompañado por sus padres

Ventajas a medio plazo

A medida que el niño crece y comienza a interactuar con el mundo fuera del núcleo familiar, los límites previamente establecidos facilitan su adaptación social.

Les ayudan a formar amistades saludables, a entender el concepto de respeto mutuo y a desenvolverse con confianza en entornos educativos y sociales.

Perspectivas a largo plazo

Finalmente, al mirar hacia el futuro, un niño que ha crecido comprendiendo la importancia de los límites estará mejor equipado para enfrentar los desafíos de la vida adulta.

Estará preparado para las responsabilidades, para trabajar en equipo y para establecer relaciones interpersonales saludables.

Conclusión

Reconocemos y valoramos la profunda bondad que hay detrás de la intención de criar con un estilo permisivo. Pero también es esencial entender que los límites, establecidos con amor y consistencia, no restringen la libertad del niño, sino que la guían.

Estos límites trazan un camino que conduce a un crecimiento equilibrado y a un futuro lleno de potencial. Invitamos a cada familia a reflexionar sobre esta perspectiva y a considerar cómo puede incorporarla en su viaje educativo.

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El regalo de aportar

Grupo Scout Noah Sealth

Este verano me fui a trabajar gratis y volví cargado de regalos. ¡Esos regalos que te da la vida cuando aportas sin esperar nada a cambio!

Bueno, pero si os cuento la historia completa no os la vais a creer: Mi mujer y yo cambiamos en pleno Julio una semana de retiro en la playa los dos tranquilitos, sin niños ni familiares, por una semana currando en las cocinas de un campamento. ¿Nos habíamos vuelto locos? Si, también nos lo preguntábamos.

Os pongo en antecedentes: Mis hijos forman parte del grupo Scout de mi localidad desde que se fundó allá por el año 2016. Desde entonces nos ha parecido un proyecto clave en el desarrollo de su personalidad. Y tras unos cuantos años de conocer al equipo de educadores (scouters) creía que tenía claro porqué los niños tenían tal grado de implicación con ellos.

Zona común exterior de la Acampada Scout

Pero hasta que no me he metido “hasta la cocina” del proyecto no he contrastado de primera mano la trastienda del trabajo que hacían. Y si, literal: ¡Hasta la cocina! Porque pocos días antes del inicio del campamento de verano comunican a todos los padres que por razones de fuerza mayor, no podrá asistir algunos de los componentes de cocina habituales y pedían voluntarios de última hora para el “Comando Perola”.

No sabemos si fue porque las palabras nos llegaron a lo más profundo, si fue por el agradecimiento que sentimos por el grupo, o por las ganas que habíamos tenido siempre de compartir esa experiencia… El caso es que mi mujer y yo nos miramos unos segundos sin decir palabra, pensando con melancolía en la semana de disfrute de pareja que llevábamos ansiando durante tanto tiempo… Y prácticamente al mismo tiempo nos dijimos: “¡Si no es ahora, no va a ser nunca!”

Porque sabemos que nuestros pre-adolescentes en algún momento ya no disfrutarían “tanto” de tenernos TAN cerca en su semana lejos de casa. Porque esa semana para ellos también significa otro tipo de libertad.

A los pocos días ya estábamos en aquel camping de la Sierra de Segura pelando patatas, con 8 días por delante preparando y sirviendo cada desayudo, bocadillos, comida, merienda y cena. Sin apenas descanso. ¡Que bucólico!

Y entiendo que os estéis preguntando de nuevo ¿Os habíais vuelto locos? Pues si, locos por vivir de primera mano las historias que todos los veranos contaban nuestros hijos a la vuelta de los campamentos. Si, vale, tenéis razón; los chicos disfrutando de la semana, haciendo actividades y alguna ruta por la montaña y nosotros metidos en la cocina. ¡ouch!

La verdad que el equipo de cocina, conocido como el “Comando Perola”, también formado por padres voluntarios, era magnífico. Se creó un ambiente de camaradería y buen rollo, contando historias y anecdotas pasadas, presentes y por venir, que la verdad que es por momentos no sabíamos si llorábamos de risa o por la cebolla.

Zona común interior de la Acampada Scout

Y luego llegaba el gran momento de servir las 100 comidas. Todas las secciones del grupo iban pasando por orden por la barra para que les sirviéramos la comida y teníamos nuestros 15 segundos de interacción para irlos conociendo uno a uno. En una semana, 32 comidas a cada uno, son muchas conversaciones. ¡y qué de cosas salían!

Desde nuestra mirada profesional (y también con la mirada como padres) íbamos experimentando cómo cada uno de los chavales de entre 7 y 20 años se relacionaba. A muchos los conocíamos en menor o mayor medida, pero era interesante comparar cómo se desenvolvían lejos de los padres, bajo la tutela y guia de otros adultos con unos objetivos el linea con los padres, pero desde un rol totalmente distinto.

Descubríamos cómo las emociones en estado puro guían la expresividad de cada uno, siempre cumpliendo con el compromiso adquirido por unas normas y por un objetivo común de grupo.

Y en los ratos de descanso nos mezclábamos en las actividades especiales del grupo, cargadas de emotividad y de nuevos significados para ellos. Nuevos retos, nuevas responsabilidades y todo ello cargado de momentos de emoción en plena naturaleza y muchas veces bajo las estrellas. Eso no sale en las fotos que habíamos visto otros años.

Formación en Acampada Scout

Impresionante ver cómo desde muy temprana edad se puede ser responsable e independiente en tareas que afectan a uno mismo y a los compañeros.

Asombrosa la implicación de todos, cada uno a su manera y sentida desde su propia personalidad.

Espectacular verles evolucionar y desenvolverse aprovechando la oportunidad de libertad y autonomía que se les brinda estos días.

Muy inspirador el amor que tienen todos por la naturaleza, por la aportación a los demás sin esperar nada a cambio, por mejorar por si mismos y para los demás.

Y un olé por esos scouters, que les regalan horas y horas de su vida personal a lo largo de todo el año preparando actividades semanales y el contenido formativo, la dedicación desinteresada y el amor que tienen hacia todos los educandos…

Resumiendo: Autenticas lecciones de vida que nos llevamos de estos proyectos de personas adultas y sus guías. Y por eso decimos que nos volvimos cargados de regalos. Regalos para la vida.

La playa puede esperar.

Ansiedad sin sentido

Adolescende agobiada por ansiedad

“Siento felicidad en todos los aspectos de mi vida y sigo teniendo ataques de ansiedad en ocasiones aleatorias”. Con esta preocupante frase me resumió su situación una joven
universitaria la semana pasada.

Y resulta que era verdad:

✔ Familia unida, con roles equilibrados, mucho cariño y comunicación
✔ Sin problemas en la situación económica
✔ Con amigos y actividad normal de la edad
✔ Novio estable y relación muy sana
✔ Estudiando la carrera de sus sueños, y sin presión de nadie

Pero… ¿Dónde estaba el problema entonces? Vale, está claro que la vida
“consciente” está en orden. Concentremos la atención sobre la emoción de
la ansiedad.

Al fin y al cabo para eso están las emociones: para darnos mensajes, para contarnos cosas, y en el caso de emociones incómodas como el miedo, la ira o la tristeza, para pedirnos que reaccionemos y cambiemos algo.

Ella demuestra en todo momento un gran sentido de la aportación a los demás. Incluso llega a explicar que muchas veces nota que no sabe decir que “NO”. Parece ser el típico caso de volcar la vida en los demás y olvidarnos de nosotros mismos. Pero ¿de dónde viene ese patrón?

Como suele ser habitual, llegamos hasta los padres. En este caso hasta una madre que lo ha dado todo por sus hijos, y por su familia, trabajando en casa cuando eran pequeños
para estar cerca de ellos, pero trabajando hasta alta horas de la noche para poder cumplir con sus obligaciones. Todo era esfuerzo, aportación a la familia y darlo todo por el bienestar de los demás.

De mi mentor he aprendido una máxima que explica muchas situaciones: “Los niños son muy buenos observando, pero muy malos interpretando”. Y esa niña hizo suyos unos muy buenos valores de esfuerzo y aportación. Pero parece que lo hizo con unos significados que le estaban haciendo sufrir en su vida actual.

Hizo un precioso ejercicio de reconocer la raíz del problema, entender cómo le había acompañado a lo largo de los años y reconocer cómo ese significado incorrecto le impedía ser libre.

Me encantó acompañarla en la construcción de un nuevo significado de la aportación a los demás, adecuado con su situación actual y sus objetivos en la vida, pero sobre todo sin olvidarse de ella misma.

Cerró la sesión con un abrumador “gracias, me has quitado un peso de encima” y se despidió con una sonrisa de satisfacción de esas que nos salen cuando disfrutamos de tener todo en orden.

¿Y a ti? ¿Qué emociones te están gritando mensajes y no sabes qué hacer con ellos?

(También publicado en Linkedin)

Día internacional de la juventud

Día internacional de la Juventud

En este Día Internacional de la Juventud, reflexionemos sobre el increíble potencial que reside en cada joven y cómo la inteligencia emocional puede desempeñar un papel fundamental en su desarrollo. Las relaciones sólidas y auténticas se construyen sobre la base de la inteligencia emocional.

Es un recordatorio de que comprender y expresar nuestras emociones es esencial para crear conexiones duraderas y significativas. A medida que los jóvenes aprenden a valorar la empatía y la comunicación efectiva, están equipados con las herramientas para construir relaciones saludables en todas las áreas de sus vidas.

Sin embargo, la inteligencia emocional no se detiene ahí. También es una poderosa herramienta de resiliencia. En un mundo en constante cambio, los jóvenes enfrentan desafíos variados y a menudo abrumadores.

La capacidad de comprender sus emociones, canalizarlas de manera positiva y cultivar una autoestima sólida se convierte en un salvavidas emocional. Al invertir en su crecimiento emocional, estamos empoderando a las próximas generaciones para enfrentar adversidades con valentía y confianza en sí mismos.

Cada joven es un lienzo en blanco lleno de posibilidades y capacidades. Al promover la inteligencia emocional, estamos dando forma a individuos que no solo tienen éxito en términos tradicionales, sino que también valoran la empatía, la autenticidad y la resiliencia.

A medida que celebramos el Día Internacional de la Juventud, recordemos que invertir en la educación emocional es una inversión en un futuro más brillante y compasivo para todos. 💪❤️

(También publicado en Linkedin)

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